Desde Perú, “Primera secuencia”, el primer disparo sonoro de Ballet Mecánico
El músico, periodista y docente peruano Fernando Pinzás no disfraza lo que piensa. Desde su proyecto en solitario Ballet Mecánico, traza un manifiesto sonoro en el que la política y la emoción se complementan. Precisamente, su álbum debut “Primera secuencia” revela una posición clara ante el mundo, articulada con sonidos directos, estructuras fracturadas y climas que exponen sin pudor la tensión entre lo colectivo y lo íntimo. Las canciones no maquillan la incomodidad. Se permiten sonar con crudeza porque entienden que parte de su potencia está en decir lo que otros prefieren callar.
En “Primera secuencia”, la crítica no se construye desde la consigna. Se expresa con decisión en las texturas rotas, en la economía de palabras, en la persistencia de los patrones. No hay seducción ni refugio. La obra se asienta en un estado de alerta, y cada elemento parece haber sido elegido para enfatizar una incomodidad constante. Es música que registra las fisuras de una generación que ya no se ilusiona con soluciones mágicas, pero que sigue creando, incluso desde el desgaste.
El beat cumple un rol que va más allá del ritmo. Se convierte en vehículo de confrontación, mecanismo para mantener en marcha una conciencia crítica. Las atmósferas construidas por Pinzás remiten al peso de un presente sin respuestas, donde el silencio también comunica. Cada track pulsa con una energía que incomoda, no para provocar, sino porque la honestidad tiene su propia forma de resonar.
La obra se distancia de otras propuestas emergentes porque no se limita a reproducir estructuras esperadas. En lugar de apelar a narrativas ya digeridas, proyecta una visión urgente, activa, comprometida. La sensibilidad de Ballet Mecánico no se reduce a lo emocional. Es también una decisión política: mantenerse despierto, dejar registro de lo que duele, intervenir desde el arte como forma de resistencia. Es una postura y, sobre todo, una práctica.
Ya puede verse en YouTube el lyric video del sencillo en colaboración con Noelia Cabrera. La pieza audiovisual prolonga el tono del álbum sin romper su línea estética. La misma tensión contenida, la misma convicción en cada segundo. No se trata de representar el mundo con ornamento, sino de crear desde el vértigo que produce mirarlo sin filtros. Esa elección, hoy, es más urgente que nunca.
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Este artículo es un contenido de NoEsFm